Mesopotamia es el territorio que hoy corresponde a Irak. Desde el IV milenio a.C. florecieron diversas culturas: sumeros, acadios, babilonios, asirios e hititas. Estas culturas realizaron las primeras formas de escritura conocidas (la cueniforme) y llegaron, a través de tablillas de arcilla, a una literatura fundamentalmente compuesta por textos, himnos religiosos y poemas épicos.
El Poema del Gilgamesh es la obra más conocida. La leyenda sobre este rey cuenta que los ciudadanos de Uruk, viéndose oprimidos, pidieron ayuda a los dioses, quienes envíaron a un personaje llamado Enkidu para que luchara contra Gilgamesh y le venciera. Pero la lucha se hace muy igualada, sin que se destaque un vencedor y, a continuación, los dos luchadores se hacen amigos. Juntos deciden hacer un largo viaje en busca de aventuras, en el que aparecen toda clase de animales fantásticos y peligrosos.
En su ausencia, la diosa Inanna (conocida por los babilonios como Ishtar y más tarde como Astarté) había cuidado y protegido la ciudad. Astarté declara su amor al héroe Gilgamesh pero éste lo rechaza, provocando la ira de la diosa que en venganza envía el Toro de las tempestades para destruir a los dos personajes y a la ciudad entera.
Gilgamesh y Enkidu matan al toro, pero los dioses se enfurecen por este hecho y castigan a Enkidu con la muerte. Gilgamesh muy apenado por la muerte de su amigo recurre a un sabio llamado (Noé) Utnapishtim (Ziusudra en sumerio que puede significar «el de los Días Remotos») el único humano junto con su esposa que por la gracia de los dioses son inmortales. Gilgamesh recurre a él para que le otorgue la vida eterna, pero Utnapishtim le dice que el otorgamiento de la inmortalidad a un humano es un evento único y que no volverá a repetirse como ocurrió con el diluvio universal. Finalmente la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que como consuelo a su viaje le diga a Gilgamesh donde localizar la planta que devuelve la juventud (más no la vida o juventud eterna), este le dice que la planta está en lo más profundo del mar. Gilgamesh se decide a ir en su busca y efectivamente la encuentra, pero de regreso a Uruk decide tomar un baño, y al dejar la planta a un lado, una serpiente se la roba (basándose en que las serpientes cambian de piel, por ello vuelven a la juventud). El héroe llega a la ciudad de Uruk donde finalmente muere.
Este mito, como todos los que pertenecen a las tradiciones de las sociedades humanas en general, tiene implícita una enseñanza que muestra la importancia de la mitología en la vida diaria de las personas, y en la configuración de la sociedad misma. Así, la figura del héroe representa la figura de un personaje que ha emprendido un camino, y a través de su recorrido, va a aprender que el verdadero sentido de la vida no es alcanzar la inmortalidad, don exclusivo de los dioses, sino entender que no estamos solos en el mundo, que para crecer y superarnos a nosotros mismos debemos caminar junto a otros en los que nos podemos ver complementados, reflejados y contrariados.
En su ausencia, la diosa Inanna (conocida por los babilonios como Ishtar y más tarde como Astarté) había cuidado y protegido la ciudad. Astarté declara su amor al héroe Gilgamesh pero éste lo rechaza, provocando la ira de la diosa que en venganza envía el Toro de las tempestades para destruir a los dos personajes y a la ciudad entera.
Gilgamesh y Enkidu matan al toro, pero los dioses se enfurecen por este hecho y castigan a Enkidu con la muerte. Gilgamesh muy apenado por la muerte de su amigo recurre a un sabio llamado (Noé) Utnapishtim (Ziusudra en sumerio que puede significar «el de los Días Remotos») el único humano junto con su esposa que por la gracia de los dioses son inmortales. Gilgamesh recurre a él para que le otorgue la vida eterna, pero Utnapishtim le dice que el otorgamiento de la inmortalidad a un humano es un evento único y que no volverá a repetirse como ocurrió con el diluvio universal. Finalmente la esposa de Utnapishtim le pide a su esposo que como consuelo a su viaje le diga a Gilgamesh donde localizar la planta que devuelve la juventud (más no la vida o juventud eterna), este le dice que la planta está en lo más profundo del mar. Gilgamesh se decide a ir en su busca y efectivamente la encuentra, pero de regreso a Uruk decide tomar un baño, y al dejar la planta a un lado, una serpiente se la roba (basándose en que las serpientes cambian de piel, por ello vuelven a la juventud). El héroe llega a la ciudad de Uruk donde finalmente muere.
Este mito, como todos los que pertenecen a las tradiciones de las sociedades humanas en general, tiene implícita una enseñanza que muestra la importancia de la mitología en la vida diaria de las personas, y en la configuración de la sociedad misma. Así, la figura del héroe representa la figura de un personaje que ha emprendido un camino, y a través de su recorrido, va a aprender que el verdadero sentido de la vida no es alcanzar la inmortalidad, don exclusivo de los dioses, sino entender que no estamos solos en el mundo, que para crecer y superarnos a nosotros mismos debemos caminar junto a otros en los que nos podemos ver complementados, reflejados y contrariados.
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3 comentarios:
me encanta lo k abeis exo cn el poema de gilgamesh os felicito
BSS
SORY
:D
Sección: 4LL03.
Equipo 1.
Odalis Silva.
Nomis Méndez.
María Peraza.
Yesenia Bellorín.
El término “Mesopotamia” alude a la época de la Edad Media. Actualmente es la zona conocida como Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates y que coincide con áreas del actual Irak. Sumeria es una región histórica que formaba parte del sur de Mesopotamia y es considerada la mas antigua civilización del mundo, así como la primera en dejar constancia de sus costumbres y tradiciones, constancia que se encuentra en escritura cuneiforme. Posterior a Sumeria, las civilizaciones babilónicas y asirias siguieron usando esta escritura siendo el Poema de Gilgamesh la prueba de ello.
El mencionado poema narra la historia del gobierno de Gilgamesh y su despótico mandato al pueblo de Uruk. Los dioses escuchando las súplicas de los habitantes del pueblo envían a Enkidu para que luche con Gilgamesh. De la mencionada lucha nace la amistad entre ellos asumiendo la misión de acabar con el mal que invade la tierra pero ante el rechazo de Gilgamesh a la diosa Ishtar, ésta envía la muerte a Enkidu provocando una enorme tristeza a su amigo Gilgamesh, quien inicia un viaje en busca de la inmortalidad y que al conseguirla le es arrebatada volviéndolo a la condición de todo ser humano: esperar la inevitable muerte.
A lo largo del poema podemos encontrar que los personajes desarrollan diversos arquetipos que, según Carl Jung, son las estructuras que se encuentran dentro del inconsciente colectivo y que determinan las características de las actitudes humanas.
Encontramos pues, que el arquetipo predominante en el poema es el arquetipo Héroe, el cual es representado por Gilgamesh y Enkidu cuando ambos se enfrentan a innumerables bestias peligrosas con heroísmo y valentía y que se expresa claramente en las tablillas IV y V. otro arquetipo de relevancia es el Maná, el cual se revela cuando los dioses envían a Enkidu para que ayude a los habitantes de Uruk a liberarse del rey: “…Tú, Aruru, creaste al hombre; crea ahora su doble; con su corazón tempestuoso haz que compita !Luchen entre sí para que Uruk conozca la paz! Cuando Aruru oyó ésto, un doble de Anu en su interior concibió…” Tablilla 1 (II). Asimismo, el arquetipo Familia se manifiesta en la relación de hermandad y aquellos lazos profundos que nacen entre Gilgamesh y Enkidu luego de su lucha: “…Enkidu abrió la boca para hablar, diciendo [a Gilgamesh]: Amigo mío, nos hemos preciado [...]” Tablilla 3.
Notamos entonces, que entre las muchas diferencias que existen entre hombres, dioses y animales una de las más significativas es la mortalidad. La conciencia de muerte del hombre es uno de los límites entre lo divino, lo humano y lo animal.
Si el hombre ha sido conciente de su muerte, por lo tanto, se ha enfrentado a esta angustia y ha tenido que vivir con ello desde que empezó a pensar y la prueba de ello es la Epopeya de Gilgamesh.
El mito a lo largo de la historia se ha concebido como una forma de dar con la verdad, de encontrar respuestas a los acontecimientos sorprendentes para el hombre, porque permite dar explicaciones a hechos como la creación del hombre, los cielos, fenómenos naturales, y es de ésta forma como han nacido los dioses para dar respuestas a las interrogantes del hombre.
En lo que respecta al poema de Gilgamesh se ubica dentro del género literario épico, y específicamente una epopeya, Según mografías.com la define como un
Género poético que se caracteriza por la majestuosidad de su tono y su estilo. Relata sucesos legendarios o históricos de importancia nacional o universal. Por lo general se centra en un individuo, lo que confiere unidad a la composición. A menudo introduce la presencia de fuerzas sobrenaturales que configuran la acción, y son frecuentes en ella las descripciones de batallas y otras modalidades de combate físico. Sin duda en el poema de Gilgamesh se ubica dentro del subgénero épico de la epopeya, dado que, son relatos majestuosos con la presencia de héroes como Ekidu, Gilgamesh, personajes matizados de valores axiológicos, los cuales se manifiestan a través de la presencia de fuerzas sobrenaturales proporcionadas por el bien. Son relatos en un tiempo distinto al actual porque invocan un tiempo sagrado. Por otro lado, se hace necesario tomar en cuenta una característica fundamental de la epopeya como es los acontecimientos de las batallas que se evidencian en el poema, por cierto batallas entre el bien y el mal, para ilustrar tal situación a continuación se muestra un fragmento de la lucha entre el toro del cielo (Istar) y los dos personajes principales héroes del relato (Ekidu y Gilgamesh)
Entre el cuello y las astas (hincó) su espada. Cando hubieron matado al toro, arrascaron su corazón, colocándolo antes Samas. Retrocedieron y rindieron homenaje a Samas. Los dos hermanos se sentaron.
Esto muestra el combate físico de los personajes ante un toro enfurecido el cual, representa egoísmo y vanidad, personificado por la diosa Istar, el bien triunfa y la amistad también, sin embargo el aspecto más resaltante es forma del relato, la descripción de la batalla que enaltece a los héroes por su valor, terminando así con un homenaje a Samas, el cual posee características de ritual propios de la civilización sumeria.
Ahora bien desde una perspectiva mitológica, resulta bastante interesante el planteamiento de Malinoswski (citado por Josefina Calles, en 2005), en cuanto a la función social del mito “Consiste en fortalecer la tradición y dotar la de un valor y prestigio aún mayores al retrotraerla a una realidad, más elevada, mejor y más sobrenatural, de eventos iniciales”
Es decir, que busca justificar los sistemas sociales de la época, sus tradiciones y creencias, por ejemplo en el poema estudiado se encuentran elementos del sistema económico, religiosos y culturales de la civilización mesopotámica, Cuando la moza le dice a Enkidu:
...Según te veo, Enkidu, te has hecho como un Dios, ¿Por cual motivo con las criaturas salvajes tú recorres la llanura? levántate, te guiaré a uruk, de amplios mercados, al templo, morada de Anú…
En el párrafo anterior se presenta elementos que proporcionan información, en relación, al estilo de vida de la civilización mesopotámica 2000 a.C., gracias a la ubicación geográfica de mesopotamia situada entre el río Tigres y Eúfrates dio pie al desarrollo del comercio, de la agricultura y artesanía, lo cual genero la aparición de ciudades y la creación de una cultura urbana como es la ciudad de Uruk (de amplios mercados). Así también, el aspecto religioso es evidenciado en el fragmento del párrafo, debido a la creación de un poder organizado y fuerte, en donde los órganos del poder se centraban en el templo, situado en la ciudad-estado y dirigido por un rey-sacerdote que fue a su vez, jefe civil y religioso y gobernó de forma absoluta.
Finalmente, si viene cierto que una obra literaria no es un libro de historia, también es cierto que refleja elementos socio-históricos de una cultural y una época determinada, porque como dijo Lukacs “es la cosmovisión del hombre la que se fleja en la obra” o Lucian Goldman cuando habla del “sujeto colectivo”, el cual representa las inquietudes de un grupo, comunidad o sociedad y en este caso el sujeto colectivo es la civilización sumeria quien invoca sus creencias, sus interrogantes acerca de la vida, de la muerte, del bien y del mal.
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